Cuando regresé del sur me esperaba otro sur distinto.
En mi estómago sentía volar las mariposas. Mis ojos se iluminaron con un brillo extraño y nuevo semejante a un serena tempestad. Anduve sola. No había huellas que seguir, sólo un paisaje imaginario qaue no me dolió pintar. Lleno de curvas, humedades, lleno de jeroglíficos tatuados en la piel.
Semanas después, ignoro porque extraña metamorfosis, las mariposas se transmutaron en sapos. Los oigo cantar noche y día. Y como es tiempo de lluvias y tristezas, sus letanías me van calando los huesos, llenando mis estanques de abrazos que no tuve, de tu sueño tan breve, de la incertidumbre de no haberte amado nunca.
Y es inevitable que la gente me mire. Que a mi paso los ojos ausentes de la gente recalen en ni paso. A veces no puedo remediarlo. Me giro y sonrió: "No son gases caballero, son los sapos que anuncian lluvias, soledades, tangos".
Qué he de hacer para aliviarlos. Intento disculparme. Explicarles que la naturaleza humana es así de miserable, chaquetera, ridícula.
Bebo agua para que naden a gusto.
Mis sapos cancioneros.
Hermosos.
Cautivos.
4 comentarios:
A mí también me parecen hermosos.
Que los que no entienden, sigan su camino.
Tú con tus sapitos cantores.
Precioso blog.
Gracias`por tus palabras en el mío.
(Eres bienvenida, claro)
Nos seguimos leyendo!
Un besito al Teide nevado y otro para ti!
Gracias por visitar al gato Mo. Realmente mis blogs nacieron por e´l. Un beso enorme. En el Olvido amplíe esta locura. Pero nació aquí, en este.
Si supieras como te entiendo...me contento con que tus palabras y relato sea tan perfecto que no deba decirte nada...Salut! y agua para que sigan nadando...
Te dejo un beso
Muy bello tu poema amiga. Volveré a tu casita. Me he sentido a gusto. un abrazo
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