miércoles, 27 de octubre de 2010

mo, mi querido mo... Aún busco tu aliento tan cercano...
la cercanía de tu cuerpo. La ronda del ronroneo cercando mi sueño...custodiando mi tristeza... mi soledad de siempre... esa que compartía solo contigo...

miércoles, 6 de octubre de 2010

Balada para el niño "Kron"

SEGURAMENTE -creo recordar- fuera verano. Uno de esos veranos plomizos y espesos tan propios de esta ciudad contradictoria, cercana a un mar que sólo se intuye. Tal vez fuera incluso agosto -un agosto lleno de prodigios y calles desiertas y risas reunidas en torno a una plaza cercana- y la luna se conjurara con el destino para que los pasos alegres de una joven se detuvieran justamente en aquel contenedor de basuras al que te habían arrojado para convertirte de inmediato en un desecho más, despojado de nombre, de futuros instantes, de razones. Tú, que apenas contabas con dos o tres semanas de una vida recién estrenada, y con tus pequeños pulmones para defenderla, para aullar y espantar la mala muerte.
Diecisiete años separan aquella noche de este día de hoy en que ya te has convertido en el pasado que recuerdo.
Te llamaron Kron (niño Kron), creo que en honor de ese dios guerrero y combativo que llevabas dentro. Negro azabache, rechoncho como cualquier cachorro alimentado por buenas manos -unas manos llenas de buen amor, tan distintas a aquellas otras amargas y terribles que te expulsaron-, chucho entre los chuchos, creciste como hubiera crecido un niño en esta ciudad hace cincuenta años, a medio camino de casa y de la calle, alegre, despreocupado, autodidacta, dueño de sí mismo y de sus grandes afectos, libre como un perro callejero que no arrastró nunca como una mala sombra la tristeza de estar solo.
Creo recordar -recuerdo- que hubo muchos veranos tras aquel plomizo agosto, llenos de vida para ti y para nosotros, que fuimos los mejores amigos que pudiste tener en esta ciudad tan contradictoria que nos reunió a todos -perros y personas- en torno a aquella plaza para fundar instantes, breves, luminosos, llenos de memoria

miércoles, 7 de julio de 2010

La lista de Schindler

PUEDE QUE YA ESTÉN en Alemania, a donde iban a ser trasladados para evitar que aquí, en Canarias, acabasen "eutanasiados", que suele ser, lamentablemente, el destino de los animales libres. No son los primeros. "Garbancito", "Chatarrita" y "Felipe" se sumarán a muchos otros perros y gatos exiliados que hoy residen en Europa, cuyos ciudadanos, en lo concerniente a la sensibilidad, respeto y deberes que asumen con lo que en España consideramos tan sólo mascotas, demuestran situarse a años luz de nuestra barbarie y de nuestra ignorancia. Como si de una particular lista de Schindler se tratara, cientos de "sin techo" cruzan la frontera para ser acogidos y salvarse del exterminio. Gracias a personas que saben, que quieren, que aprenden, que conviven y que agradecen la generosidad venga de donde venga.
El caso particular de estos tres gatos es esperpéntico. El Cabildo de Gran Canaria no perdió ni un segundo en plantearse algo tan irrelevante; bastó con que le instará a ello la dirección de la residencia de mayores de Taliarte (Gran Canaria), que previamente ya había considerado igualmente irrelevante que los residentes en el centro hallasen en "Garbancito", "Chatarrita" y "Felipe" una amistad más valiosa que cualquier reconstituyente, que cualquier tratamiento farmacológico e, incluso, que cualquier afecto ficticio y remunerado. Que encontrasen así, sin planificación y sobre todo sin permiso, una razón importante para caminar a su encuentro, un motivo de alegría. Como si la alegría fuera irrelevante...
Y afirmarán muchos que alguna razón habría para determinar la expulsión categórica de los mininos: varios (uno o dos) empleados del centro se quejaron de alergias, provocadas, al parecer, por su sola presencia. Y no lo pongo en duda; hay personas que se ronchan nada más pensar que "simples" animales pueden sanar lo que ellos ignoran, lo que ellos no ven, lo que para ellos no existe, y no cobrar por ofrecerse, por darse. Para mí, los que piensan así sí que son simples y asusta estar en tales manos.
Ya lo dijo Saramago, es hora de perder la paciencia.

jueves, 17 de junio de 2010


画虎画皮难画骨,知人知面不知心
De un tigre sólo se dibuja la piel, y no los huesos;
de una persona sólo se le conoce la cara, y no el corazón. (Proverbio chino)

martes, 15 de junio de 2010

En el fondo de tus ojos
respira el mundo.

martes, 13 de abril de 2010

martes, 6 de abril de 2010

Tras tus ojos escondo este almanaque
de ausencias que me vencen.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Leopardos







Es difícil encontrar una belleza más salvaje y auténtica que la que exhiben estos grandes felinos.
Nuestra mirada, tan domesticada, los mira parcialmente sin poder abarcar todo lo que representan. Entre el asombro y la incredulidad, admiramos. Poco más...
A medio camino de olvidar definitivamente nuestros vínculos e instintos, este breve contacto con lo indomable nos abre los ojos ante horizontes que nunca podremos conquistar, por que están fuera de nuestro alcance (así lo espero).

martes, 2 de febrero de 2010

El tiburón zorro

Malapascua (Filipinas), 2 feb (EFE).- El tiburón zorro, en grave peligro de extinción y muy difícil de observar en mar abierto, ha encontrado en una remota isla filipina un santuario donde el único ser humano que le molesta es algún submarinista desaprensivo.
A salvo de los pescadores que lo cazan para vender sus aletas a restaurantes chinos, el escualo nada sin miedo por las profundas aguas de Malapascua, a la que hace cinco años llegó un científico británico que se propuso encabezar la primera iniciativa seria para preservar al animal en el segundo mayor archipiélago del mundo.
Simon Oliver es el fundador del Proyecto para el Estudio y la Conservación del Tiburón Zorro (TSRCP) de Filipinas, que se encarga de fomentar la preservación y observar el comportamiento del animal, también llamado zorro marino y conocido por su larga cola.
Después de un lustro en Malapascua y hasta hace muy poco sin ayudas de instituciones tanto locales como extranjeras, el TSRCP ha logrado que la isla haya pasado de mero paraíso del buceo a un área protegida para el escualo.
Oliver y su equipo de voluntarios han conseguido que todos los operadores de submarinismo exijan a sus clientes que cumplan normas para no perturbar a los tiburones, como no intentar tocarlos, nadar a su lado o dañar el coral mientras esperan a verlos emerger del abismo.
La organización también ha convencido a los lugareños de que es potencialmente más lucrativo proteger al animal como reclamo turístico que seguir haciendo la vista gorda con los pescadores que se empeñan en amputarles la cola para la sopa.
"Un tiburón que es visto cada día por una media de tres turistas genera unos seis millones de pesos (128.470 dólares) en ingresos anuales, mucho más que los 8.000 pesos (171 dólares) que se pagan en el mercado por el escualo muerto", explica a Efe el responsable de TSRCP.
Hace dos años, grupos de aficionados al buceo denunciaron la venta de carne de zorro marino en el popular lonja de Batangas, al sur de Manila.
El mercado, uno de los mayores de Filipinas, es frecuentado por mayoristas filipinos de origen chino con contactos en Hong Kong y Taiwán, donde la demanda de carne de tiburón en general es altísima y en particular la cola del zorro es considerada una exquisitez culinaria.
Las autoridades inicialmente echaron balones fuera pero tras la presión de Oliver y los ecologistas, el Gobierno filipino decidió incluir al zorro marino junto al tiburón ballena en su escueta relación de especies cuya caza está prohibida por ley y castigada con severas multas.
"Fue un hito para nosotros, y espero que algún día otros países sigan el ejemplo", señala el biólogo marino galés.
Las tres subespecies de tiburón zorro (alopiidae) se hallan en la "lista roja" de animales en peligro de extinción de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, que advierte de que desaparecerán para siempre si no se pone freno a la pesca abusiva.
Además, todos los escualos pelágicos tienen una tasa de fecundidad muy baja, lo que dificulta aún más restablecer sus poblaciones.
El zorro marino común (alopias vulpinus) puede llegar a medir hasta seis metros de largo desde la punta de su hocico hasta el extremo de la puntiaguda aleta caudal.
Su característica distintiva es precisamente esta descomunal cola en forma de hoz, que mide lo mismo que el resto del cuerpo y emplea para desplazarse con más rapidez y como principal arma para capturar sus presas.
Este tiburón habita las aguas tropicales de todos los océanos, pero su extrema timidez y costumbre de alimentarse lejos de la costa hacen casi imposible que pueda ser observado por los submarinistas, que en Malapascua tienen una oportunidad casi única en el mundo para admirar a los escualos en mar abierto.