Gato en la calle jugando
como si fuese en la cama,
tu suerte estoy envidiando
porque ni suerte se llama.
Siervo de leyes fatales
que rigen piedras y gentes,
con instintos generales
sientes sólo lo que sientes.
Feliz porque eres así,
tu nada se te entregó.
Yo, viéndome, estoy sin mí,
me conozco, y no soy yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario